Esta coyuntura ha ocasionado que las empresas transformen su concepto de hacer negocios e identifiquen a la RS no sólo como un reto sino como una oportunidad de implementar una herramienta de gestión estratégica que, adecuadamente aplicada, puede generar oportunidades de desarrollo a sus grupos de interés y una ventaja competitiva para las mismas.

¿Qué posición mantiene el sector empresarial en relación a la responsabilidad social?

El sector empresarial es un agente importante en el desarrollo de oportunidades para la sociedad, sobre todo en los países en vías de desarrollo, donde el Estado no llega a cubrir las vastas necesidades de la población.

El sector empresarial impacta no solo financieramente sino también social y ambientalmente. Actualmente el sector empresarial peruano está reaccionando a las necesidades de sus comunidades y grupos de interés prioritarios, algunos desarrollan proyectos de responsabilidad social, otros invierten o auspician programas ejecutados por ONGs, otros realizan iniciativas filantrópicas ocasionales, además, las grandes empresas comienzan a incorporar programas de voluntariado corporativo donde involucran al colaborador con iniciativas socialmente responsables. Presenciamos un acercamiento de la empresa a su entorno.

Además, contamos con asociaciones que fomentan las buenas prácticas RS de las empresas como son la CONFIEP, ANCHAM, la Asociación de Empresarios por la Educación, entre otras, que ponen en agenda las nuevas tendencias.

¿Hasta dónde alcanza la responsabilidad social de las empresas?

Una empresa tiene la opción de desempeñar su gestión tan solo cumpliendo la ley (normas laborales, ambientales, pagar impuestos, etc.) o tiene la opción de mediante su gestión empresarial de generar un desarrollo sostenible para su negocio y sus grupos de interés.

Antes, se consideraba que el único grupo de interés relevante en el que una empresa impactaba y que repercutía en su rentabilidad era “el cliente”. Hoy la visión de negocio ha cambiado, las empresas identifican a todos sus grupos de interés (colaboradores, accionistas, clientes, comunidad, medio ambiente, proveedores, etc.) pues en cada uno impacta de manera diferente y cada uno repercute en distinto nivel a la empresa.

Por ello, las empresas además de desarrollar proyectos o programas de RSE, mantienen procesos de consulta permanente con sus grupos de interés, permitiéndoles identificar oportunidades y mitigar riesgos; una cultura organizacional proactiva que sin duda implica un gran despliegue de esfuerzo y recurso humano, pero repercute positivamente en las buenas relaciones con los stakeholders (alta reputación), un buen clima laboral (orgullo del empleado) y permite en el largo plazo optimizar recursos.